Alergólogos reclaman la atención de adolescentes con asma y alergia hasta los 18 años

Asma

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Los pediatras alergólogos reclaman poder atender a los adolescentes con asma y alergia hasta que cumplan los 18 años, tal y como recomienda el II Plan Nacional Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia aprobado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pero que a menudo no se cumple. Es una de las conclusiones de los expertos reunidos en el 41 Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), celebrado estos días en Zaragoza, y en el que recuerdan la importancia de que los menores de edad con enfermedades crónicas como el asma, la más importante en esta etapa, sean atendidos por pediatras. Hasta el momento, no todos los centros sanitarios españoles siguen la recomendación del Ministerio e incluso hay algunos donde a los 11 años los adolescentes son derivados al médico de adultos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) establece la adolescencia como la etapa que transcurre entre los 10-11 años hasta los 19.

Los pediatras alergólogos consideran que los cambios que la enfermedad asmática infantil experimenta en la adolescencia motivan un conocimiento exhaustivo de la misma para que sean atendidos de manera especializada. “Por eso es imprescindible que hasta los 18 sean atendidos en el ámbito pediátrico porque es donde ellos se sienten más cómodos y donde se les va atender de manera adecuada a su edad”, subraya el doctor Antonio Martínez Gimeno, coordinador del Grupo de Trabajo de Alergia en el Adolescente de la SEICAP. Durante la adolescencia “suele cambiar el modo de afrontar el asma, sobre todo al ser una enfermedad crónica, lo que puede suponer un problema para abordarla, tanto para el profesional como para el paciente”, señala.

El adolescente empieza así a adquirir responsabilidad sobre su patología, la que hasta el momento correspondía a los padres. “Esto supone un profundo cambio, tanto de sentimientos como de actitudes del adolescente, pues pasa a ser más autónomo e independiente, algo que muchas veces no entienden ni las familias, ni los pediatras, ni ellos mismos, pues en esta etapa suelen dejar más de lado sus problemas de salud”, indica el doctor Martínez Gimeno. Este es una de las principales dificultades con las que se encuentran los pediatras alergólogos en la consulta y lo que pude condicionar el curso de la enfermedad.

En la adolescencia el asma sufre una serie de cambios que deben ser atendidos por el pediatra alergólogo, “pues es quién mejor conoce su historia y quién mejor puede entenderle”, explica el doctor Martínez Gimeno. En primer lugar, las infecciones respiratorias pierden importancia con respecto a la etapa infantil como desencadenantes y cobra más protagonismo la sensibilización a alérgenos como los pólenes, los ácaros u hongos. “Además, es más prevalente el broncoespasmo inducido por ejercicio, lo cual puede influir en su relación con los demás, lo cual también arroja cambios emocionales importantes en esta etapa”, indica el doctor Martínez Gimeno. De hecho, según un estudio publicado este mes en The Journal of Asthma los adolescentes con asma con comportamientos emocionales negativos y sentimientos tristes tienen un desarrollo más bajo.

Por otro lado, en los adultos la enfermedad puede coexistir con otras y no ser tan preponderante. “En la adolescencia sí y hay que tener en cuenta que en esta etapa los menores se encuentran aún en fase de crecimiento, por lo que todavía necesitan el respaldo familiar y del médico”, asegura. Además, destaca este especialista, “en el ámbito pediátrico se hace más labor de prevención que en las consultas de pacientes mayores, donde no hay hábito de atender a gente joven”. Por otro lado, también es importante la diferencia de atención en los servicios de urgencias. “Las crisis de asma son atendidas de manera diferente. En las urgencias de adultos se hace pasar a los adolescentes por pruebas más dolorosas”, advierte.

Educación sanitaria

Uno de los aspectos más importantes en el control del asma durante la adolescencia es la educación. “Se trata de una etapa en la que es necesario intervenir, pero no la más fácil, puesto que las actitudes de rebeldía o rechazo a la enfermedad lo hacen muy complicado. Pero tenemos que tener en cuenta que son ellos los que pasan a ser protagonistas del cuidado de su salud”, explica el doctor Martínez Gimeno. Por ello, es preciso educar al adolescente “en el manejo de las técnicas de inhalación, la toma de medicación o la evolución de la patología, y que conozca las medidas de control ambiental, algo que en la etapa infantil ha sido responsabilidad de sus padres o cuidadores”, comenta. En el ámbito de las alergias alimentarias también es preciso educar al paciente en las medidas de evitación y la correcta lectura de las etiquetas de los productos, algo que suelen descuidar. Un trabajo publicado en abril en la revista Journal of Advanced Nusing concluye como es necesario respetar a los adolescentes como participantes activos en el manejo de anafilaxia inducida por alimentos. Además, señala que existe falta de conciencia pública y de seguridad que pueden afectar de manera peligrosa a sus necesidades y decisiones.

Diferencias entre distintos centros sanitarios

El Grupo de Trabajo de Alergia en el Adolescente de SEICAP reclama que haya criterios únicos de atención a estos pacientes para todas las comunidades autónomas y todos los centros sanitarios. “Es importante que, tanto en Atención Primaria, como Especializada y Hospitalaria, exista unidad en cuanto a la edad de atención durante la adolescencia y que estos menores tengan garantizada una asistencia sanitaria adecuada”, destaca el doctor Martínez Gimeno. Así, reclaman además, que una vez que se vaya a producir el cambio al médico de adultos, se haga de manera organizada y mediante las llamadas consultas de transición, puestas ya en práctica en algunos hospitales como el 12 de Octubre de Madrid, donde los adolescentes son atendidos al mismo tiempo por el pediatra alergólogo y su futuro médico. “De esta manera el primero tiene la oportunidad de ofrecer al segundo una amplia información sobre la historia clínica del paciente para que el cambio no sea tan brusco”, afirma.


(Fuente: www.seicapcongreso.com)

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